martes, 24 de octubre de 2023

El fin del Kirchnerismo

 Aquí vamos otra vez. Una narrativa incesante que se nutre de la aniquilación del otro. Ya lo vivimos en 2015 (ver "La caída del Kirchnerismo marca el fin del poulismo"). La elección del 2015 marcó la alternancia en el poder y el fin del mito de la "Venezualización" de Argentina donde no ha habido sucesión de fuerzas políticas. Mauricio Macri había logrado al fin poner fin al Kirchnerismo y se iniciaba una nueva etapa en la cual se iba a borrar para siempre a los nefastos populistas. Todo era fiesta. Se abrieron las importaciones, se subieron las tarifas del gas, la electricidad y el trasporte. Se pagó al 1% de los fondos buitres. Se abrió el cepo al dólar...pero algo empezó a fallar. Sin guerra ni sequía los números no cerraban. Se instaló el cepo cambiario nuevamente, se incrementaron las retenciones (ver "Macri pide un último esfuerzo al campo") y cuando todo esto no funcionó, se volvió a traer al FMI con la mayor deuda en la historia de los préstamos del FMI que se destinaron a la fuga de capitales (ver "Informe del FMI sobre la deuda"). Sí, tuvieron su oportunidad. Gobernaron. Gobernaron y pusieron fin al Kirchnerismo, por primera vez. Pero gobernaron mal, así que tuvieron que resurgir al monstruo. El Kirchnerismo había quedado agazapado en los pasillos del poder, y resurgiría en la forma de Alberto Fernandez, el apuntado de la "Reina de todos los males", Cristina Fernandez de Kirchner, una señora que planea las 24 horas maldades. Sin querer, Macri es el primer presidente en ejercicio desde la reforma de la Constitución que no logra reelegir. Pero Macri no pierde la reelección por ninguna astucia de la "Reina de la oscuridad", no, pierde por inoperante. En ese período comenzó la pérdida del poder adquisitivo que se profundizaría por una economía ahogada por la deuda, una pandemia y una sequía sin precedentes. Al contrario de lo que se supone, no hubo nada de Kirchnerista en el gobierno de Alberto Fernandez. No se avanzó contra los medios, no se intervino en la justicia. Los presos políticos siguen ahí, con Milagro Salas todavía presa, la primera presa política durante el gobierno de Macri, a la cual le siguió una lista de funcionarios "K", De Vido (ver "Julio De Vido condenado a 5 años"), Boudou (ver "Amado Boudou condenado a 5 años", Zannini (ver "Bonadío metió preso a Zannini") y de yapa también D'Elia, que no fue funcionario (ver "D'Elía condenado a 4 años"). Una verdadera cacería política sin precedentes. Nunca, al término de una administración se condena a prisión a tantos políticos como en la era Macri.

¿Qué es el Kirchnerismo?

Empecemos por lo más básico. la palabra "Kirchnerismo" es un neologismo que se forma a partir del apellido "Kirchner" y el subfijo "-ismo". Es una estrategia de los medios para identificar rápidamente al poder político y darle forma a una "entelequia", una construcción abstracta a la cual se demoniza y se comienza a socavar su poder. Ocurrió con el "Menemismo", "Duhaldismo", pero ninguno resistió tanto como el "Kirchnerismo". Esto lo sabía Nestor Kirchner, quien dijo "Cuando nos dicen Kirchneristas, nos buscan bajar el precio". Kirchner sabía para qué acuñaban, inventaban, el término "Kirchnerista", para terminar con el movimiento. Por eso, su mejor escudo era decir que le bajaban el precio con ese nombre, que en realidad eran "Peronistas". El "Peronismo", como identidad histórica, tiene más anticuerpos para resistir el paso de la historia, porque ya lo han querido borrar del mapa, y sobrevivió.

Pero todos estos "-ismos" no nos clarifican nada a la hora de discutir de política. Los "-imos" que nos van a aclarar el panorama son los "-ismos" de la macroeconomía y política global, como el "Neoliberalismo" (Menem, Macri, Milei) y el "Keynesianismo" (Perón, Kirchner). Esos "-ismos" no son tapa de diarios porque son discusiones académicas vigentes y de estudio a nivel global. Aunque el liberalismo teórico de Milei es una forma más agresiva que el neoliberalismo. Milei aboga por la desaparición total del Estado salvo en las garantías mínimas para la protección de la propiedad privada. Esos son los "-ismos" que se necesitan para la discusión. Los "-ismos" que necesitamos son los que discuten el rol del Estado en la organización de la vida democrática. 

Resumiendo, el "Kirchnerismo" es una construcción mediática usado para polarizar la sociedad y horadar, socavar el poder político de un partido que por más que se intente, no podrá ser borrado, porque de entrada no existe, es una construcción. La vida política seguirá. Ahora se viene un nuevo representante político, Massa, a lo cual, en la misma lógica, seguirá la construcción de un "Massismo" para aniquilar su construcción de poder. 

La agresión como narrativa

Uno de los fenómenos que se dio en la política argentina, aunque no es exclusiva de este país y antecedentes históricos a nivel global, es el uso del "odio" y la "agresión" para oponerse a una corriente política o movimiento social. En EEUU se dio con los demócratas cuando quisieron socializar la medicina o intervenir con el Estado para ayudar a los más pobres. En Argentina comienza con estos personajes para dinamitar el poder político de lo que en los medios se considera la "Señora Maligna"



Después de 4 años de "Macrismo" y ante la ausencia de un "Albertismo", se vuelve a reeditar la idea de "Enterrar al Kirchnerismo", pero en una versión mucho más agresiva. Esta narrativa, la de un "Kirchnerismo" que encierra a todo el mal, es funcional para aplicar las ideas de derecha (liberalismo, neoliberalismo).
Vean como este periodista no solo continúa con la narrativa de un kircherismo, sino que necesita esa definición para poder definirse así mismo, y en su vehemencia llega a decir "Que la grieta terminó, ¿qué significa? ¿Se murió Cristina, se murió Máximo, se murió los Larroque?"


Esta lógica del "exterminio" del otro no ha desaparecido. Pasó de un partido político agonizando (Juntos por el Cambio) a otra expresión de derecha que construyó un nuevo espacio más agresivo que el anterior. 

Este es el estado de situación. ¿A quién sirve la narrativa del Kirchnerismo? Sí, a los mismos que la construyeron, al poder real, al poder económico, porque el Kirchnerismo en sí no existe, nunca existió, es una etiqueta que le quisieron poner a la nueva juventud peronista. Salir de esta narrativa es la tarea de los nuevos dirigentes, comenzando con Massa, que la va a tener que pilotear de acá a noviembre. Les dejo un video que dramatiza la tarea de acá al balotaje, no pierdan la alegría.



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